28/6/15

Unos dientes limpios 28-06-15


Unos dientes limpios

La caries y las enfermedades de las encías son causadas por la placa bacteriana, una película invisible compuesta de bacterias vivas y de residuos de alimentos que se depositan entre los dientes. La única forma de prevenirla o combatirla es adquiriendo como hábito la limpieza adecuada de los dientes, por medio del cepillado. Esta técnica no debe hacerse a la ligera si se pretende que sea efectiva. Hay varios puntos importantes que se deben tener en cuenta:

-Es usual que los especialistas aconsejen que hay que cepillarse los dientes después de cada comida. Pero hay algunos que afirman que con una vez al día es suficiente. Debe hacerse a la noche y antes de acostarse. Este cepillado debe durar 15 minutos como mínimo y hacerse en forma de circuito, terminando donde se comenzó. También se puede usar hilo dental como complemento después de cepillarse para eliminar los restos de comida que puedan quedar atrapados entre los dientes.

-No es necesario que se utilice pasta dental para el cepillado. La mayoría no trae el porcentaje suficiente de flúor para fortalecer los dientes y sólo contribuyen con el buen aliento. Además, el flúor sólo se adhiere en dientes bien limpios. Si la placa bacteriana no fue eliminada por completo con el cepillado, se comporta como barrera, impidiendo la adhesión de esta sustancia.

-El cepillado debe comenzarse desde que nace el primer diente. Muchos papás creen que no es importante el cuidado de los llamados "dientes de leche". Un error que juega en contra de la salud bucal. Si estos elementos dentarios tienen caries, los definitivos estarán predispuestos a contraer esta enfermedad. Para los bebés debe usarse un cepillo especial de silicona. El cepillado debe hacerse después de mamar o comer la papilla.

-En caso de ortodoncia se requiere un cepillado más intensivo, porque este aparato funciona como trampa de alimentos. Hay que cepillarse con un cepillo interdental (en forma de pino) o unipenacho (con un solo mechón de cerdas).

-Luego de cepillarse los dientes hay que enjuagar muy bien el cepillo con abundante agua y luego con alcohol.

-El cepillo no debe colocarse en un recipiente tapado porque la humedad favorece la proliferación de bacterias. Debe estar en un lugar aireado.

-Tampoco es conveniente colocar el cepillo junto a los del resto de la familia y en un mismo recipiente, como suele hacerse normalmente. Esto favorece el traspaso de bacterias de un cepillo a otro.

-El cepillo debe cambiarse una vez al mes o, por lo menos, cuando las cerdas estén muy abiertas.


diariodecuyo.com.ar

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